Durante más de un año, Manuela Ippolito ha soñado con crear un parque de patinaje para su comunidad. Ella imagina una plaza cerca de Lincoln Park, completa con rampas, murales de líderes como César Chávez y bancos donde la gente pueda ver a los patinadores realizar piruetas.
Cada semana, el club de patinaje que esta maestra de quinto grado dirige en el campus norte de la Escuela Primaria Porter se reúne en un área improvisada del patio de la escuela. Ella ha visto cómo el patinaje ha transformado a sus estudiantes y sus vidas.
“Todo lo que necesitas es esa primera patineta, y luego puedes salir por tu cuenta”, dijo Ippolito. “Si tienes un lugar cercano, puedes patinar hasta ese parque y practicar”.
Pero ahora que las clases han terminado para el verano, está preocupada por el progreso de sus estudiantes. No pueden acceder al patio de juegos fuera del horario escolar, y el parque de patinaje más cercano está a unos dos millas, en Southcrest Trails.
Pero Ippolito ha aprendido que crear un parque de patinaje implica mucho. Ha contactado a representantes locales, asistido a reuniones comunitarias y se ha puesto en contacto con el Skatepark Project, una iniciativa del patinador profesional Tony Hawk que ayuda a construir parques de patinaje en comunidades desatendidas.
“Es solo que no sé a dónde ir y qué hacer exactamente”, dijo.
Así que a principios de este mes, para generar entusiasmo y captar la atención de los líderes locales, Ippolito y unos 25 estudiantes de Porter se reunieron en la acera frente a la escuela para marchar por un parque de patinaje. “Queremos un parque de patinaje”, corearon, y sostuvieron carteles con frases como “patina, no odies” y “menos tiempo en línea, más tiempo en el parque de patinaje”.
Ippolito ha estado dirigiendo el club de patinaje después de la escuela desde septiembre pasado, aunque ha estado buscando crear un parque de patinaje desde principios del año pasado. Cada miércoles, ella y unos 10 estudiantes se reúnen para practicar sus habilidades de patinaje y aprender nuevos trucos.
Cuando Ippolito comenzó el club, esperaba invitar a entrenadores para enseñar a los niños. Pero como muchos de los estudiantes no sabían patinar antes de unirse, ella se convirtió en su entrenadora.
“No era mi intención enseñar a los niños a patinar”, dijo Ippolito. “Solo pensaba que nos íbamos a reunir y divertirnos patinando”.
Sofia Abugaber, una alumna de quinto grado, no sabe dónde va a practicar estos próximos meses, lo cual la entristece.
“Haré todo lo posible para hacer lo que pueda”, dijo. Dice que lo mejor es aprender de sus errores y mejorar.
Otros estudiantes planean practicar en la calle frente a sus casas. Pero Ippolito teme que les sea difícil mantenerse sin un espacio organizado. Coordinó con las familias para llevar a algunos estudiantes a un parque de patinaje algunos días del verano pasado y espera hacerlo nuevamente este año.
“Patinar es relajante y te ayuda a ser tú mismo”, dijo Nahomi Moreno, una estudiante de quinto grado que comenzó a patinar hace unos dos meses. Pero puede ser difícil patinar en la carretera o en las aceras: los baches, grietas y piedras hacen que la patineta sea inestable. “Si hubiera un parque de patinaje, sería más fácil mantenerse en pie”, explicó.
Ippolito contactó por primera vez a la oficina del alcalde en enero de 2023 y se reunió con funcionarios para discutir su propuesta. Luego se reunió con su miembro del concejo y el departamento de parques de la ciudad y contactó a CalTrans sobre posibles sitios. Pero ha estado frustrada por la lentitud del proceso.
Mientras tanto, también ha estado buscando sitios potenciales por su cuenta, incluyendo uno cerca del Chollas Lake Park y un terreno frente a la escuela que es propiedad de la iglesia de al lado. Un parque de patinaje justo enfrente de la escuela sería ideal, dijo, pero en última instancia, solo quiere la ayuda de los líderes locales para saber cómo proceder.
En San Diego, todos los proyectos de parques pasan por el Programa de Mejoras de Capital a largo plazo de la ciudad. El personal de la ciudad revisa los posibles proyectos en base a una variedad de factores, incluida la dirección del alcalde o el Concejo Municipal, requisitos legales, planes de la ciudad y la opinión de la comunidad.
En la Guía Ciudadana de Infraestructura, la ciudad recomienda que el público dé su opinión sobre los proyectos de infraestructura necesarios contactando a su miembro del concejo, dando su opinión en las reuniones del comité de planificación y recreación comunitaria y asistiendo a las reuniones de presupuesto del Concejo Municipal. Ippolito y Cody Pennefather, un instructor de patinaje del YMCA en el norte del condado, planean asistir a la reunión del Grupo de Planificación Comunitaria del Valle de Chollas el próximo mes para discutir su propuesta.
También está trabajando para ampliar la oferta del club de patinaje de su escuela.
El otoño pasado, invitó a Ron Allen, el pionero patinador profesional negro, a hablar con los niños sobre la historia del deporte y patinar con ellos. “Eso fue un gran acontecimiento”, dijo.
Los responsables de Chowder the Bulldog, un famoso perro patinador, donaron cascos, calcomanías y camisetas. Y Rollin’ From The Heart, una organización local sin fines de lucro que ofrece oportunidades de patinaje a jóvenes desfavorecidos, donó patinetas, cascos y protecciones. Este otoño traerá entrenadores del programa y rampas temporales.
“El patinaje es solo el gancho”, dijo el cofundador John Barry. “Nuestra misión más grande es enseñar a los niños a comunicarse de manera más efectiva, cómo desactivar situaciones de conflicto y cómo ser más amables, compasivos y tolerantes unos con otros”.
Ippolito también se enfoca en los beneficios sociales que un parque de patinaje podría traer, especialmente al mantener a los niños fuera de línea. Una investigación que publicó este año encontró que los estudiantes usaban las redes sociales hasta ocho horas al día, y la mayoría de los 28 participantes informaron que las usaban para escapar cuando se sentían tristes.
Joseph Dimapilis, otro maestro de Porter que asistió a la marcha, dice que se han unido al club estudiantes que nunca habría esperado. A Ippolito le ha alentado ver unirse a chicas negras, ya que dice que están subrepresentadas en el deporte. Y estudiantes que generalmente no están muy interesados en los deportes han probado el patinaje.
Dimapilis dice que un parque de patinaje en el vecindario también ayudaría a mantener a los niños seguros.
“Algunos de los edificios de apartamentos en los que viven son demasiado peligrosos, y tienen miembros de pandillas rondando, por lo que no pueden jugar ni siquiera en su propio patio”, dijo.
Las familias de muchos estudiantes no pueden permitirse enviar a sus hijos a campamentos de verano para mantenerlos ocupados. Otros niños pasan mucho tiempo trasladándose entre las casas de sus familias, o no pueden llegar a un parque de patinaje.
“Tienes que estar involucrado en algo para mantenerte motivado e inspirado en la vida”, dijo Ippolito. “Así es como los niños prosperan”.
Aniyah Baines, una alumna de quinto grado, se ha vuelto más segura a través del patinaje, dice. Solía tener miedo de lastimarse. Para ella, un posible parque de patinaje traería alegría y conexión a su comunidad.
“Ayudaría a las personas a socializar”, dijo Baines. “Si a la gente le gusta patinar pero no tienen un parque de patinaje cerca, esto los haría muy felices”.
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